20.8.07
..:: Después de la boda, el Dogma ha muerto ::..
El movimiento Dogma, tan polarizante en su momento (1995), ha muerto. La idea de un estilo de filmación restrictivo, de cámara en mano, sólo con música incidental y en que el director fungiera como un fantasma, jamás protagonista, terminó por desgastarse diluida la celebración mediática. Como notables, separaría apenas dos filmes, ambos de los manifestantes originales: Festen de Thomas Vintenberg y Los idiotas de Lars Von Trier. Fuera de aquellos dos, se realizaron ensayos que eran apenas promesas de buenos largometrajes, pietaje en obra negra que fuera de la curiosidad estilística poco aportaban. Entre ellos se encontró A corazón abierto, de Sussane Bier, protagonizada por Mads Mikkelsen: ahí, el romance entre un doctor y la novia de su paciente cuadraplégico se acerco más al melodrama que a la crudeza pregonada por los santos patronos daneses. Ahora directora y actor vuelven a hacer dupla en Después de la boda, filme de múltiples capas en que Bier muestra un inusitado trazo para retratar las sutilezas masculinas de dos hombres, cómplices sin quererlo en la paternidad, en el pasado borroso, en el amor hacia una mujer. Uno, un doctor que hace el bien en la India; el otro, millonario aparentemente sin alma. Trama poblada de secretos que hace mano de algunos elementos Dogma (cámara en mano, cortes a objetos ajenos a la trama pero ligados con la psicología de un personaje), sí, pero cuya construcción es compleja visualmente y ayudada de una certera musicalización. Bier se quitó del lastre de ese movimiento que, como casi todo el arte hecho bajo reglamentos insulsos, termina por ser artesanía. Vayan al cine, vale la pena en 35 mm.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 No comments?:
Publicar un comentario