2.12.07

En Brazil's Next Top Model hay una mujer parecida a la que hace siete años seguí por dos días inyectados de aburrimiento. Amazona de cabello corto y tatuajes. Fue en Toulouse, en el Saint-Sernin. Ella tomaba un café mientras yo intentaba leer (claudiqué) Diablo guardián y sorbía una cidra. Su cuello era más interesante que los párrafos escupidos escandalosamente. Fue al banco, a la estación de tren, a Muret, a la panadería y después la tragó un restaurante chino que parecía caro. Al día siguiente fue a la oficina de correos, al supermercado, a comprar unos tenis Puma. Perdí el interés, desapareció. Jamás se enterará de esto.