14.2.09

..:: desperté con... ::..

... varias cosas en la cabeza casi siempre me levanto y lo primero que hago es prender la computadora por si alguna idea se quedó ahí atrapada y busca salir. Hoy pensé en lo jodido que es quedarse dormido fuera de las cobijas, en lo mucho que me gusta el cine de david gordon green (george washington, all the real girls, undertow) y lo mala y sin sentido (sí, sí, ya sé que está vista con ojos marihuanos) que me pareció pineapple express, que vimos ayer g y yo, fuera de una actuación más que capaz de parte de james franco (me recordó al papel de brad pitt en true romance), y uno que otro show off de cámara, la película me pareció mediocre, repetitiva com un mal chiste contado muchas veces, ahora pienso en lo mal que huelen las flores echadas a perder... como todo lo que se echa a perder, como, supongo, una vida desperdiciada...

12.2.09

..:: cat, box ::..

10.2.09

..:: frost/nixon ::..

¡Demonios, ahora tendré que admirar a Ron Howard!

Frost / Nixon
EUA/GBR/FRA
2008
Director:
Ron Howard (El Código Da Vinci)
Actores:
Frank Langella, Michael Sheen

En definitiva, éste es el filme más maduro, con más clara voz autoral, en la carrera del blockbustero Ron Howard. Con un aliento que recuerda al cine de Michael Mann –como en El informante, hay un halo de sutil tensión en cada fotograma–, el otrora actor infantil narra el encuentro televisivo de un hombre espectáculo británico, David Frost, y el exmandatario norteamericano Richard Nixon (interpretado con maestría por Frank Langella, con un halo de dignidad y derrota difícil de moldear), quien dejó la Casa Blanca cubierto de vergüenza tras renunciar a su cargo por el escándalo Watergate.

Entrevistar al mandatario en desgracia no era labor fácil, sobre todo considerando que se trataba de un real gigante intelectual y político –maquiavélico, sí, pero genial–, y Frost de un conductor dado al espectáculo pero carente de experiencia en el periodismo político. A través del proceso de preparación de ambos bandos, y de entrevistas con los asesores filmadas a manera de documental, la trama se mantiene sencilla, comprensible, en su forma, pero compleja en sus implicaciones. No hay que subestimar, además, la certera actuación de Michael Sheen, quien encarna a la perfección a un hombre que se sabe dismunuído intelectualmente para un reto histórico, pero de que todas maneras lo enfrenta. El hombre minúsculo ante la montaña.

Una seria contendiente en la época de premios: en lo personal, mi favorita de las cinco nominadas como Mejor película en el Oscar 2009.

– César Albarrán Torres

7.2.09


De Eon McKai
Este fin de semana no me ducharé. Sudaré, sí. Saldré a andar en bici, también. Y apestaré. Mi cabeza brillara, grasa. Mi piel tendrá puntos de comezón por ahí y por allá.

Un poco de rebeldía, aunque sea estúpida, no hace mal a nadie.

5.2.09

A veces, sí es el primer día del resto de tu vida.

4.2.09

..:: francis bacon, en su estudio ::..

..:: i am what i eat ::..


Comencé a leer, no sé por qué impulso raro, The Diary of Bridget Jones, y me encontré, en las primeras páginas, con un reporte minucioso de lo que la personaja (intento quitarme a Renee Zelwegger de la cabeza) come, bebe y fuma... Dicen que somos lo que comemos. By that logic, ¿qué fui, qué soy hoy?

DESAYUNO
  • Ciruela (gorda, morada, jugosa) marca Tarahumara.
  • Una barrita de avena rellena de mermelada de fresa, Quaker.
  • Té Twinnings, English Breakfast.
  • Té Dalfour, negro con ciruela negra.
  • Bolitas de avena con chocolate, Quaker
COMIDA
  • Arroz con ejotes y zanahorias.
  • 6 nuggets de pollo
  • Tres vasos con agua
  • Nopales asados y picados
  • Pepino con chamoy
TENTEMPIÉ DE LA TARDE
  • Cerveza Victoria
  • Nueces con arándanos y cáscaras de naranja
CENA
  • Pepinos con sal y limón
  • Sándwich de pechuga de pavo con queso manchego y un poco de queso azul
¿Qué seré, entonces?

3.2.09

el respeto al derecho ajeno, a veces no es la paz

2.2.09

..:: piracanto, coldstone ::..

Desde chico tengo una condición por la cual mi cuerpo no procesa bien el azúcar: no soy diabético, pero cuando me falta me pongo pálido y vomito; cuando me sobra, se me ponen rojas las orejas y después me pongo pálido. Como hoy. Comimos con K y B: tacos de camarón, tostada de jaiba, cerveza campechana, gringa de pescado. Y después, caminando rumbo a casa mientras les contaba mi primer paseo ciclista por Reforma y Chapultepec, nos detuvimos en Coldstone para comer un helado. Lo sabía: mi organismo, que procesaba entonces las salsas y la cebolla y los mariscos, no lo aguantaría. Pero lo pedí: el helado más grande que he comido jamás, revuelto con crema batida, galleta, blueberries, fresas, en una canasta waffleada. No sé si fue un impulso valemadrista o un pequeño acto de autodestrucción. Heme aquí, ahora, pálido, envuelto en una cobija, hiperactivo pero sin fuerzas, después de leer las primeras páginas del Infinite Jest del reciente suicida David Foster Wallace -es un libro difícil de manipular, como el A Suitable Boy que acabo de regalarle a G, demasiadas páginas para mis dedos torpes, uno de esos volúmenes que se tienen que leer en una librería, sobre una mesa–, melancólico después de que el hermano del protagonista le recuerda una anécdota infantil que involucra un jardín y un trozo de moho, y de pronto yo recuerdo las mías propias, los pasteles de lodo y ramas y bolitas de piracanto que le hacía a mi hermana, en una época en que todo era sencillo y mi mayor preocupación era haberle dado un pelotazo al medidor de agua, una época en que el comer una de esas bolitas de piracanto, supuestamente venenosas, era lo más cercano a un dolor autoinfringido, a un peligro inminente.

..:: las bodas de anne hathaway ::..


Ayer presencié el nacimiento de una actriz. No una niña bonita que se ve bien (a veces) ante la cámara y tiene buena memoria para decir sus líneas y domina el espacio. No: una mujer a la que no le da miedo echarse un clavado hasta lo más cabrón de su interior (real o imaginario) y escupirnos alegría y tristeza en la cara, explotar y dejarnos entrar en su intimidad, verse rota, todo menos una princesa. En la tarde, a eso de las siete de la noche, G y yo fuimos a ver Guerra de novias, con Anne Hathaway y una muy disminuída Kate Hudson. Ya sabía que me esperaba una comedia romántica promedio, que el plot sería predecible y que por dos horas podría ver a Anne Hathaway, que me gusta desde que vi The Devil Wears Prada y después Get Smart, enloquecerse al competir contra su mejor amiga por la fecha de su boda. No vale la pena seguir hablando de este verdadero bodrio: obviemos las sobreactuaciones, lo mal que se ve Hudson y lo poco favorecida que, sorprendentemente, se ve Anne Hathaway.... Pero regresamos a casa: un poco cansado, ajeno a la fiebre del Super Bowl (¿quién ganó?), escogí otra película: Rachel Getting Married. Ahí, Anne, delgada, de pelo corto, de tez pálida, es Kym, una exdrogadicta que regresa a la casa paterna para asistir al matrimonio de su hermana, una celebración llena de música, fantasmas de los tiempos pasados y un ambiente multicultural, muy a tono con la era Obama. La cinta de Jonathan Demme (coincido con PT Anderson en que es uno de los mejores realizadores norteamericanos vivos) es quizá lo mejor del 2008: al estilo Dogma, pero refinado, narra los eventos de la noche anterior a la boda y la larga jornada nupcial. Como sucede con todo exdrogadicto o con cualquier hijo conflictivo, Kym busca ser el centro de atención, y toma la oportunidad de la boda para destapar la cloaca de sus resentimientos, de sus perdones, de sus culpas no asumidas. Anne Hathaway brilla: se te olvida que es la sexy agente del vestido entallado en Get Smart, o la esposa vaquera de Jack en Brokeback Mountain, o la niña que hace mucho dejó de ser princesa. Anne ES Kym, con todas sus heridas y su cuerpo diminuto adornado de tatuajes, con su ternura escondida tras capas y capas de self pity, con los cigarrillos que consume para no hablar. Me atrevo a decir que Hollywood, en el temprano siglo XXI, será de Anne, de la Anne que, por fortuna, ya no se siente en su elemento nadando en las aguas del chick flick barato, la Anne a la que dio luz Jonathan Demme, la Anne que podría ser, sí, la heredera de Jodie Foster.

1.2.09

..:: headache ::..

Hoy, desde que desperté, he tenido un tenaz, necio dolor de cabeza. G me hizo ver que ayer bebí, a lo largo del día, un poco de más: una cerveza a medio día, dos con la comida, dos jack daniel's con soda en el Pata Negra (testigo de dos o tres borracheras de las que no estoy orgulloso), después un Beefeater tonic y tres cervezas más, ya en casa, con unos amigos, escuchando a Chavela Vargas y Tom Waits y a Los Tigres del Norte. Hoy, con el dolor de cabeza a cuestas, la estupidez y poco respeto del género humano los unos para con los otros se multiplicó por diez. En el estacionamiento del COSTCO (detesto el lugar, pero es mejor el consumo a granel, a veces), una mujer en una XTRAIL por poco y nos atropella. Caminábamos, ya con el carrito y sorprendidos por cómo han subido los precios, en la línea peatonal, ordenadamente: la XTRAIL aceleró como para decirnos "por aquí no pasan" y yo avancé, en un acto de libertad y de civismo, defendiendo las reglas en esta tierra de nadie que es México, o al menos la ciudad, en la vida cotidiana. Le dije "imbécil" y avancé, sonriendo por dentro, un pequeño triunfo contra la imbecilidad. Pero minutos antes de eso, cuando íbamos a tomar la banda móvil rumbo al estacionamiento, G señaló un carrito: "Mira, su pantalla plana para el Super Bowl". Voltée y vi tres, cuatro carritos más con televisiones. Y luego el letreto en el súper: "Pantalla plana de 32 pulgadas, 18 meses sin intereses". Hay crisis, los empleos se esfuman, los salarios de hacen chicos y hay incertidumbre: ¿por qué echarte una pequeña soga al cuello de dos mil pesos al mes? El consumismo, la economía de más oferta que demanda o de demanda forzada: una serpiente que se atraganta con su propia cola.