28.5.08

Leo. Textos vacíos toda la mañana. Durante la comida, sobre un atril improvisado, Cuaderno Salmón 5 y un cuento de Nicolás Cabral, Las pajareras. Notable, y no lo digo porque el autor sea un buen amigo. "¡Canta!", gritan en el cuento. Y de la bocina del estéreo sale la voz de David Bowie, aguda como un polluelo que cayó del nido para morir, solo, sobre una acera transitada.

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