1.1.09
..:: odio: otro propósito ::..
Dejaré de callarme cuando algo no me guste, o cuando una convención social sea para mí detestable y la siga y la perpetue.
ODIO 1: detesto que los "chicos" de Starbucks me saluden y me pidan mi nombre. No nos hagamos tontos: no les interesa cómo me llamo. Un día les respondí "Obama" y el tipo –no, no sé ni me importa cómo se llama– primero se rió y después, ofendido, me dijo: "El de a verdad". "Luis", le respondí, sólo porque en el ambiente, como casi siempre en Starbucks, había una rola de Louis Armstrong. Hoy me dijo tras pedirme el nombre: "César, está padre tu sudadera –un promocional de 007: Quantum–, Daniel Craig es el mejor Bond, ¿verdad?". Yo sólo asentí, malhumorado, un tanto crudo y ansioso por mi cafeína –sólo fui porque se terminó el café Blasón en la casa–. En fin, sería mejor que te tomaran la orden y gritaran como en un deli neoyorquino y todos quedaran en el anonimato, como me gusta.
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Yo por eso no voy al estarvucs
Yo ya no iré porque siempre en los vasos me ponen "RINO", siempre, siempre. En el mejor de los casos me llegan a poner "DINO", pero eso casi nunca ocurre.
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